Desde hace algún tiempo se ha planteado la posible relación entre el Alzheimer y las infecciones bucales, específicamente la periodontitis. Sin embargo, es recientemente cuando se realizan estudios que dan evidencias más sólidas y consistentes. Basadas tanto en experimentos de laboratorio, como en pruebas en humanos.

Explican los investigadores, que esta relación es bidireccional. De tal manera que, por un lado, el deterioro cognitivo progresivo limita los hábitos de higiene bucodentales. Lo cual por supuesto afecta la salud oral. Y por el otro, el proceso inmuno-inflamatorio crónico, así como la inflamación sistémica secundaria a la periodontitis, induce fenómenos neuro-inflamatorios. Estos favorecerían la enfermedad de Alzheimer.

En este sentido, se realizó un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En colaboración con la Fundación SEPA y con el apoyo de Johnson & Johnson y Colgate. Se reunió a odontólogos y neurólogos y a expertos en otras áreas de la salud. El objetivo fue actualizar e intercambiar conocimientos sobre esta vinculación entre algunas enfermedades bucales y neurodegenerativas.

Destaca Mariano Sanz, que últimamente se publicaron investigaciones que responsabilizan claramente a bacterias orales, asociadas a la periodontitis, como causantes del Alzheimer. Cabe destacar que el Dr. Sanz es profesor de la Universidad Computense de Madrid, patrono de la Fundación SEPA y director del curso.

Así, afirma que por esa razón, “es un tema de especial interés y es preciso actualizar todos los conocimientos sobre la asociación entre estas enfermedades”. De esta manera se podrán realizar tratamientos preventivos. Con ello se disminuirá la incidencia de enfermedades neurogenerativas  manteniendo una buena salud bucal.

 

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Investigaciones recientes con resultados evidentes

Investigaciones recientes asocian una bacteria de la cavidad bucal, como causante de algunos procesos de inflamación cerebral, que conducen a la enfermedad de Alzheimer. Además de otras enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, afirma el Dr. Sanz, que “estas bacterias tienen la capacidad de pasar al torrente sanguíneo desde las lesiones periodontales (bolsas) consecuencia de la periodontitis”. De esta manera, una vez que están en la sangre, atraviesan la barrera hemato-encefálica y causan procesos inflamatorios locales en el cerebro.

El mecanismo fisiopatológico fundamental de la enfermedad de Alzheimer es la inflamación crónica del tejido cerebral. En especial en personas de edad avanzada. En este momento es cuando el sistema inmune adaptativo se encuentra debilitado.

Por lo tanto, en esas condiciones, se condiciona una hiperactividad de las células inmuno-competentes del sistema innato, al haber una interacción crónica con antígenos bacterianos o fúngicos. Ocurre entonces una mayor producción de citoquinas y otros mediadores pro-inflamatorios, que en consecuencia es posible que dañen las neuronas.

Asimismo, explica el Dr. David Herrera, también profesor de la UCM y patrono de la Fundación SEPA. “Esos antígenos bacterianos o fúngicos podrían proceder de infecciones periodontales. Que generan una inflamación sistémica crónica de bajo nivel, con frecuentes y repetidas bacteriemias”.

De igual forma, “la proximidad al bulbo y conductos olfatorios podría explicar el paso directo de bacterias o antígenos bacterianos al parénquima cortical”.

De tal manera que los procesos locales de inflamación en el tejido cerebral dañan el tejido neuronal. También interfieren con las conexiones inter-neuronales, que son las responsables de la mayoría de la actividad consciente del humano.

 

Proceso inflamatorio

Por lo tanto, el Dr. Sanz advierte que en pacientes con periodontitis ocurren dos procesos riesgosos. Por una parte sufren inflamación sistémica. Cuando esto ocurre, hay productos químicos asociados a los procesos inflamatorios que tienen valores elevados en la sangre.

Por esta razón, es posible ocasionar inflamaciones locales, en cualquier parte del cuerpo, sin excluir el cerebro.

De otro lado, “el paso de bacterias desde el tejido periodontal a la sangre… puede condicionar y agravar los procesos inflamatorios locales a nivel cerebral”.

Al mantener un foco de infección e inflamación crónica, como ocurre con la periodontitis, se convierte en sistémico. Atraviesa los tejidos bucales, circulan por la sangre y entrar al cerebro y otras estructuras del SNC.

Explica el Dr. Juan Carlos Leza, director del Grupo de Neuro psicofarmacología Molecular de la UCM, que a pesar de que el SNC está protegido, hay zonas vulnerables por donde es posible que estas bacterias penetren el tejido cerebral. Así, inflamar el cerebro y alterar sus funciones.

 

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